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CONSEJOS ÚTILES PARA EXPERTOS
El coche en la nieve
Normas de conducta
Preparación física
Cuidar las rodillas
Un buen desayuno
Esquiar fuera de pista
Equipo básico para el esquí de travesía
Los aludes
Cómo reparar la base de la tabla de Snowboard
Cuidado de los esquís
El Canting
La mejor vestimenta: el Gore Tex
Cómo encerar tus esquís



El coche en la nieve
Conducir en la nieve no es fácil como algunos piensan y hay que darle la importancia merecida, tenemos que hacer caso de las recomendaciones y nunca debemos salir de viaje sin antes comprobar el coche. También es conveniente llevar un equipo apropiado para poder afrontar cualquier inconveniente. No hay que olvidar que el cinco por ciento de los accidentes que se producen en carretera son por causa de la climatología. ¿Qué debemos comprobar? - El estado de los neumáticos: Mirar que las llantas no estén lisas, que tengan suficiente profundidad de dibujo para poder evacuar con facilidad el agua.
- Hay unos neumáticos de nieve a los cuales los profesionales llaman M + S, y significa, Mud and Snow, están diseñados para que se pueda conducir sin ninguna dificultad por hielo y nieve. Los neumáticos están completamente legalizados y aprobados por el último Reglamento de Seguridad Vial. Se pueden usar sin dificultad y son sustitutorios a las cadenas. Sólo tienen un problema y es su gran desgaste en asfalto seco. - También existen los neumáticos polivalentes los cuales se pueden usar tanto en nieve como en asfalto seco, pero claro, no son tan eficientes como los anteriores. - Las cadenas: El uso de cadenas en las montañas es obligatorio, y la policía no os dejará pasar si no las lleváis, intentar comprarlas en vuestro lugar de residencia, los costes de las cadenas varían según sean más o menos fáciles de poner, no en lo buenas o eficaces que éstas sean, además las cadenas en las estaciones, suelen ser bastante más caras. Cuando llevéis las cadenas puestas no es recomendable sobrepasar la velocidad de los 35 o 40 kilómetros por hora. También debéis saber que hay que bajar un 25% la presión de vuestras ruedas, esta recomendación también va dirigida si conducís por caminos de arena o barro. - No salgáis nunca sin comprobar frenos, discos y cintas. - Líquido anticongelante: Muy importante, una fuerte nevada os puede dañar el motor. No debéis pisarle mucho al coche, y dejarle que se caliente por lo menos hasta los 85º. - Un teléfono móvil y el dispositivo de alimentación del mismo. - Y llevar siempre el depósito de gasolina lleno, te puede evitar muchos problemas, si puedes llevar algo de abrigo en el coche, mejor. La conducción sobre nieve o hielo entraña riesgos potenciales elevados, los mandos del coche no responden de igual manera. El mejor aliado en estas situaciones es la prudencia, la adecuada preparación y la respuesta del vehículo. Vamos a dar unas maniobras básicas que si las ponemos en práctica nos evitarán muchos accidentes. Debemos reducir la velocidad de manera considerable, y ampliar la distancia de seguridad con el coche que nos precede. No acelerar el vehículo con brusquedad ya que las ruedas pierden su adherencia. De igual modo debemos tratar el volante con mucha suavidad sin dar giros bruscos. También debemos evitar dar golpes de freno, hay que pisarlo con suavidad y que el coche vaya parando solo. El resultado en todos estos casos es el mismo, las ruedas patinan y perdemos por completo el control del coche. Si hay rodadas de otros coches, síguelas y cuando salgas, no lo hagas con brusquedad, puedes lanzar al coche fuera de la carretera de forma instantánea. Si tienes que hacer una frenada de emergencia, no pierdas los nervios, frena despacio y desvíate por el arcén o hacia donde tengas un poco de sitio, no sirve de nada pegar el frenazo, el coche no se parará. Intenta no dejar bloqueando el paso a los demás vehículos. El contravolante, cuando ponemos las cadenas en el coche, sobre todo de tracción delantera, el vehículo tiende a irse hacia atrás. Si vemos que el coche empieza a patinar hacia un lado debemos enderezar el coche girando el volante 'al revés', en el sentido del desplazamiento involuntario, así frenaremos el coche. No girar el volante hacia el lado contrario, que es lo que suele hacer para rectificar al coche, porque lo único que conseguiréis es acelerar más el patinado y frenar contra lo primero que os encontréis en medio, y si vais a mucha velocidad volcaréis. Hay que tener mucho cuidado con el hielo, es mucho más peligroso que la nieve. Se suele formar por la noche, en lugares que no les da el sol, y puede durar varios días enteros. Debemos poner especial cuidado en las sombras y en los arcenes que es donde más fácilmente podemos encontrar hielo. Otro de los lugares que podemos encontrarlo es debajo de la nieve. Si vamos deprisa y nos encontramos una placa de hielo, lo mejor es dejar que el coche se deslice, no girar el volante nunca y estar preparados porque cuando salga de la placa de hielo, la dirección del giro cambiará en sentido contrario y el cambio será muy brusco, y sobre todo nunca frenar sobre la placa, el coche saldrá despedido sin control.




Normas de conducta
Respeto a los demás: El usuario que esquíe de manera que pueda poner en peligro su seguridad física o la de terceros, será responsable de cualquier consecuencia dañosa que se derive.El usuario es el único responsable de su propia seguridad en: - Pistas declaradas cerradas. - Los itinerarios de esquí. - La zona fuera de pistas. - Fuera del dominio de la Estación.

Dominio de la velocidad y de la forma de esquiar: Todos los usuarios deben controlar su velocidad de acuerdo a sus posibilidades, su nivel, el terreno, la nieve, al número de usuarios, a la meteorología y al estado de las pistas y siempre deben tener visibilidad.

Control de la trayectoria: El esquiador o los snowbordista que se encuentre en la parte superior de la pista deben siempre elegir el camino o ruta que no ponga nunca en peligro al esquiador o snowbordista que se encuentre en la zona inferior de la pista.

Adelantamiento: El adelantamiento puede realizarse por arriba o por abajo, por la derecha o por la izquierda, pero siempre dejando una distancia permita al adelantado disponer de sitio para sus movimientos.

Incorporación y salida de la pista de descenso. Cruce de pistas: El esquiador o snowbordista que se incorpora a una pista de descenso después de una parada o cruce de pistas debe asegurarse, habiendo mirado hacia arriba, al monte y hacia abajo, al valle que puede hacerlo sin que haya peligro para él mismo ni para los demás.

Paradas: Todo usuario de las pistas debe evitar pararse en pasajes estrechos o sin visibilidad; en caso de caída, debe retirarse lo más rápidamente posible.

Subida y descenso a pie: Todos aquellos que por alguna causa se vean obligados a subir o a bajar una pista, deberán hacerlo por el borde de la misma, vigilando también, que su material no representa de igual modo un peligro para los otros usuarios.

Respeto a las señalizaciones, al balizaje y a la información de las estaciones: Todos los usuarios deben respetar las señalizaciones e indicaciones de las pistas así como todo tipo de información que la estación ofrezca respecto a la meteorología, nieve o estado de las pistas.

Accidentes: En caso de accidente ya esté involucrado o no, debe prestar la ayuda necesaria, dando la alerta o si es necesario avisando a los socorristas.

Identificación: El esquiador que sea testigo de un accidente, ya sea responsable o no del mismo, debe acreditar su identidad.




Preparación física
Con la temporada de esquí muchos esquiadores vuelven a ponerse unas tablas, sin preocuparse o sin darse cuenta de que llevan muchos meses de inactividad. El esquí es un deporte muy completo que requiere de un esfuerzo físico y la participación de muchos músculos, según el nivel de esquí que tengas y la modalidad que practiques varía de unos deportistas a otros, pero básicamente hay que tener en cuenta que los brazos, sobre todo para los principiantes, y las piernas son las dos partes del cuerpo que sufren más. Las rodillas sobre todo, los primeros días se resienten mucho, y es una de las principales partes del cuerpo que se lesiona. Para llegar con una buena forma física a la temporada de esquí deberías por lo menos hacer tres horas semanales de aeróbic, bicicleta, jogging, steps, etc, cualquier deporte cardiobascular además de practicar un poco la musculación. No dejes de hacer los estiramientos, por los menos 10 minutos al finalizar los ejercicios, así conseguirás una mayor flexibilidad. No te pongas nunca a esquiar nada más llegar, haz los estiramientos correspondientes al deporte que practiques. Es un gran riesgo iniciar un deporte con los músculos fríos y tensos. Al final de la jornada realiza ejercicios de estiramiento para que los músculos recuperen su tono adecuado. También te facilitarán la relajación.




Cuidar las rodillas
La mayoría de las lesiones provocadas por la práctica del esquí afectan a las rodillas, ya que es la parte del cuerpo que más trabaja y que más presión soporta. El resto de lesiones, con un porcentaje muy inferior, suelen afectar a las manos y a la columna. Por este motivo el cuidado de la rodilla es esencial, tanto en esquiadores veteranos como principiantes, para disfrutar de este deporte en toda su dimensión. En primer lugar es importante la correcta alineación de la cadera, las rodillas y los tobillos, para que la presión se reparta equitativamente entre cada articulación evitando la sobrecarga de alguna de ellas. Otro aspecto importante tiene que ver con el equilibrio. Las fijaciones y las botas protegen los tobillos pero traspasan toda la tensión a las rodillas en los casos de pérdida de equilibrio, tan frecuentes en los estilos de esquí moderno y el snowboard. El uso y la regulación correcta de las fijaciones y botas también pueden evitarnos lesiones. Aunque muchos lo tomen a broma, debido al carácter lúdico de la práctica del esquí, el calentamiento es el mejor antídoto contra las lesiones. Como mínimo se recomienda un calentamiento previo de 20 minutos para enfrentarnos con cierta seguridad a la nieve. También es importante no forzar al organismo por querer aprovechar al máximo la jornada. Una buena preparación física es otro factor determinante. Andar en bici o correr sobre la arena es un tratamiento excelente contra las lesiones de rodilla.




Un buen desayuno
Los llamados "deportes de invierno", con el esquí como máximo exponente, requieren una preparación especial, y parte esencial de esta preparación es llevar una dieta adecuada. El desayuno es en estos casos la principal comida del día y la que va a posibilitar que disfrutemos al máximo del esquí o, por el contrario, nos cansemos a las primeras de cambio. Asimismo, es importante matizar que cada persona debe desayunar de acuerdo a sus características y necesidades, es decir, no comerá lo mismo un joven snowboarder que va a pasarse el día entero en la montaña esquiando a un ritmo desenfrenado que una persona mayor o un niño que disfrutan este deporte de una manera más sosegada. En el primer caso, el desayuno será alto en calorías, de fácil digestión y abundante, ya que normalmente no se volverá a comer hasta caída la noche. Se tomarán pues alimentos ricos en hidratos de carbono tales como cereales, tostadas con mantequilla, mermelada, miel, bizcocho, etc. Las proteínas tampoco deben faltar en forma de alimentos con poca grasa como jamón, huevos o embutido. Para completar el desayuno se puede tomar un zumo de frutas, rico en vitaminas y minerales, y un producto lácteo (queso o yogur) bajo en grasa. Para los esquiadores que quieran tomarse la jornada con más calma el desayuno no debe ser tan abundante. Basta con un zumo, unas tostadas y leche para aguantar sin problemas hasta la siguiente comida. Por otro lado, la práctica del esquí tanto por sus exigencias físicas como por el medio en el que se realiza, conlleva un gasto de energía muy elevado y una gran pérdida de líquidos que, en ocasiones, puede ser imperceptible debido a las bajas temperaturas a las que está sometido el organismo. Por este motivo es recomendable llevar encima un botellín de agua, unas galletas o frutos secos, preferiblemente ciruelas o uvas pasas. Esto evitará que nos fatiguemos demasiado, o nos entre la temida "pájara". Este aspecto es especialmente importante en el caso de niños o personas de edad avanzada, que son las más propensas a deshidratarse sin darse cuenta. Por último, es importante dar al cuerpo un periodo de recuperación de al menos 7 horas de sueño, si no queremos llegar a la siguiente jornada completamente agotados.




Esquiar fuera de pista
La temporada ha comenzado para los amantes del deporte blanco, que tienen por delante varios meses de diversión, pistas en buen estado y descensos acelerados. Sin embargo, el esquiador también tendrá que hacer frente a la masificación de las estaciones invernales: largas colas en los remontes, empujones en las pistas y, para muchos, una sensación de agobio similar a la de estar atrapado en un atasco en una gran ciudad. Una forma de escapar a estas temidas aglomeraciones es el esquí fuera de pista, pero para practicarlo es necesario un nivel alto y conocer ciertos aspectos de esta disciplina que algunos consideran el esquí en estado puro. El freeride puede dividirse en tres niveles según el tipo de descenso o lo arriesgado del mismo. Un primer nivel sería el esquiar dentro de una estación pero entre una pista y otra o en los laterales de la misma. Una segunda modalidad vendría a ser la que se realiza también dentro de la estación pero en las zonas no balizadas: valles o laderas próximas a las pistas. El nivel más arriesgado pero también el más satisfactorio para el esquiador es el que se lleva a cabo fuera de las estaciones, en zonas de alta montaña a las que accedemos por nuestros propios medios. Esta modalidad supone un contacto con la naturaleza y una libertad para el esquiador incomparable. El mayor riesgo del fuera pista es no saber que condiciones nos vamos a encontrar, por eso es recomendable estudiar el terreno con detenimiento o ir acompañado de un guía. En la actualidad existen cursos de esquí fuera pista donde pueden aprenderse las técnicas básicas de seguridad. En este sentido, los aludes son la principal causa de accidentes en la alta montaña. Por este motivo un esquiador de fuera pista debe llevar siempre un Detector de Víctimas de Avalancha (DVA), una pala y una sonda. También se recomienda siempre acompañado e informarse de las condiciones meteorológicas que nos vamos a encontrar. Por último, en el mercado podemos encontrar tres tipos de esquís diseñados para el freeride: low fat, para aquellos que normalmente esquían por pista pero que en alguna ocasión disfrutan del fuera pista; semi fat, diseñados para los que reparten su tiempo a partes iguales entre ambas modalidades; y fat, expresamente fabricados para deslizarse por terrenos sin balizar y nieves profundas.




Equipo básico para el esquí de travesía
El esquí de travesía requiere un material totalmente distinto al de las otras modalidades de esquí que se practican habitualmente (freestyle, alpino, etc.). Si bien cualquier material nos puede sacar de un apuro, lo ideal es contar con el equipo adecuado para cada ocasión, aunque esto supondrá un generoso esfuerzo para nuestro bolsillo. En cualquier caso lo más recomendable es alquilar el equipo, por lo menos mientras no somos unos expertos en la materia. Obviamente para practicar el esquí de travesía lo primero es saber descender sin demasiadas dificultades por cualquier tipo de pista, ya que en el esquí de travesía nos vamos a deslizar por nieve virgen, pistas sin balizar, etc. En este sentido la principal característica del material para el esquí de travesía es la polivalencia, ya que nos podemos encontrar con cualquier tipo de terreno. Los esquís deben tener una línea de cotas más ancha además de ser un poco más largos que los esquís de pista y un poco flexibles. Por supuesto debe ser un material ligero, ya que gran parte del recorrido va a ser cuesta arriba. Acopladas a la base de las tablas van las llamadas "piel de foca", unas tiras de un material sintético que permiten desplazarnos hacia delante pero impiden que resbalemos cuesta abajo. Para reforzar el efecto de la piel de foca se colocan las cuchillas, unas piezas metálicas que se sitúan entre la bota y la fijación. Los bastones de pista pueden servirnos también para la travesía, pero lo ideal sería contar con unos telescópicos. En cuanto al material propio del alpinismo, no olvidemos que el esquí de travesía es un híbrido entre el alpinismo y el esquí, unos crampones de diez puntas y bastante ligeros son la mejor opción. El piolet sólo será necesario en los ascensos más duros, aunque nunca estará de más hacernos con uno para evitar sorpresas. Debe ser un poco más largo que el de escalada y también bastante ligero. Otro elemento opcional es el ARVA, que aunque sale realmente caro puede, literalmente, salvarnos la vida si tenemos la desgracia de ser sepultados por un alud. Por último no debes olvidar meter en la mochila una brújula, un altímetro y un mapa de la zona.




Los aludes
Un alud o avalancha es un desprendimiento de nieve, hielo y en algunas ocasiones de roca, que se pone en movimiento por el efecto de la gravedad. La velocidad que puede llegar a coger es de 300 km / hora, y su formación depende de la naturaleza, la calidad de la nieve, el terreno y la temperatura. Una zona de avalancha puede tener varios caminos por donde caen otras avalanchas. El desencadenamiento de un alud se produce por la metamorfosis que sufre la nieve, la nieve es un material vivo y desde el momento de su caída hasta que se derrite, su estructura y sus propiedades no cesan de evolucionar. Se pueden producir por muy diversas causas, por el viento, por una rápida descongelación de las capas internas de la nieve, por el calor, etc. Lo que debemos hacer cuando subamos a una montaña, lo primero, es tener mucha precaución y mantenernos informados del peligro que hay de avalancha, los aludes son muy previsibles y normalmente se sabe si puede haber algún riesgo de que ocurran. Es conveniente llevar con nosotros un Bieps, aparatos que emiten una señal permanente y hacen más fácil y rápida el rescate de los desaparecidos. No es recomendable si lleváis estos transmisores/detectores de señales para avalanchas que dejéis encendidos los móviles o cualquier aparato electrónico ya que proporcionan señales erróneas y no os podrán encontrar. Si a pesar de ello nos vemos sorprendidos por un alud, debemos mantener la calma, alertar a nuestros compañeros, mirar hacia dónde se mueve y movernos hacia un lado tratando de escapar de su trayectoria. No vayáis hacia abajo, ya que por su velocidad es muy difícil escapar. Si podéis quitaros los esquís, la mochila y tirad los bastones e intentar rodar. Si veis que vais a quedar sepultados, llevad los brazos delante de la cara para así hacer un hueco para poder respirar y encogeos para poder mantener el calor hasta que os puedan rescatar. Cuando la avalancha se detenga intentar salir, y si no sabéis hacia dónde, tirad un poco de saliva, lo que os señalará la dirección de dónde se encuentra la superficie. Sobre todo hay que mantener la calma para guardar todas las energías y sólo chillar si se oye a alguien que se acerca.



Cómo reparar la base de la tabla de Snowboard
Al final de cada temporada nuestra tabla de snowboard suele presentar, como mínimo, algunas rozaduras y agujeros que impiden que se deslice como debiera por la nieve. Si estos desperfectos son de pequeña envergadura podemos repararlos nosotros mismos aunque si el agujero es de una magnitud considerable lo mejor es llevarla a un taller especializado. Aún así es recomendable llevar la tabla a un taller por lo menos una vez cada dos o tres temporadas. Para reparar la base necesitarás: barritas de P-Tex, fuego (un encendedor o una vela), una espátula, un cutter o un cepillo, papel de lija y un limpiador de cera o disolvente. El primer paso es colocar la tabla en una superficie estable, un torno es lo ideal, y limpiar toda la base de la tabla con el disolvente, eliminando con un cutter los rebordes que se producen en los extremos de los agujeros. A continuación calienta la barrita de P-Tex y deja caer el material sobre los agujeros, a los que previamente debes hacer unos pequeños surcos en su interior para que el P-Tex agarre mejor. Cuando el relleno esté suficientemente endurecido elimina los restos sobrantes con la espátula y nivela toda la superficie de la tabla con el papel de lija. El último paso es el encerado y la tabla ya está lista para la próxima temporada.


Cuidado de los esquís
- Debéis llevar los esquís con frecuencia a un buen taller especializado para una revisión completa. Es bueno que por lo menos los llevéis dos veces en la misma temporada. Recordar que en las estaciones hay talleres con expertos que os asesorarán si lo necesitáis. - Cuando enceréis los esquís hacerlo con cera base y en frío con un trozo de parafina y siempre en sentido de la espátula a la cola. - Al final del día secar bien los cantos, pasarles un trapo y cubrirlos con vaselina. - Los esquís se deben de llevar siempre en su funda. En los viajes los esquís se estropean mucho. - No golpear los esquís para sacudir la nieve y si la nieve está muy dura no los clavéis, dejarlos apoyados en alguna pared, o en los lugares que las estaciones preparan para su uso. - Es muy malo y se deterioran mucho al dejarlos con la suela mirando al sol. Los rayos del sol perjudican el polietileno. - Cuando lleguéis a casa, sacarlos de su funda para que se sequen. Dejarlos en un lugar seco y oscuro.





El Canting
Las botas son una parte fundamental del equipo del esquiador por lo que su ajuste al pie debe ser lo más perfecto posible tanto para esquiar con mayor comodidad como para evitar posibles lesiones. Uno de los mecanismos que tienen las botas de esquí para adaptarse a cada pie es el canting, un sistema de regulación que permite variar el ángulo lateral de la caña en relación a la suela. Esto es esencial en los casos, muy frecuentes, en que las piernas del esquiador están arqueadas hacia el exterior o hacia el interior. Si no ajustamos las botas correctamente en estas situaciones el tobillo no estará en su posición natural, sino que se verá forzado por la bota a permanecer alineado con el esquí, con las consiguientes molestias y dolores. El canting está formado normalmente por dos tornillos situados a la altura del tobillo, que se aflojan y permiten ajustar el angulo de la caña a nuestro gusto. Casi todas las botas de última generación incorporan ya doble canting, aunque los modelos más baratos solamente tienen un tornillo o, en casos extremos, ninguno. Aunque cada uno puede ajustar las botas personalmente es recomendable que ésta operación la haga un profesional.





La mejor vestimenta: el Gore Tex
En enero se cumplieron 25 años de la salida al mercado de las primeras prendas que incorporaron el tejido Gore Tex, uno de los grandes inventos del siglo XX en el ámbito del equipamiento deportivo. Sus tres principales cualidades, cortaviento, impermeabilidad y transpiración, han hecho de esta membrana uno de los compañeros inseparables de esquiadores, ciclistas, navegantes o, simplemente, de los aventureros que viven al límite. El secreto de este tejido, inventado por Bob Gore en 1969, es muy simple. No en vano, la sencillez es la esencia de muchos de los grandes avances tecnológicos de nuestra sociedad. Su funcionamiento se basa en que una gota de agua de lluvia es 20.000 veces mayor que los poros del Gore Tex, mientras que la molécula del vapor de agua que desprende el cuerpo en forma de sudor es 700 veces más pequeña. El resultado: la humedad no entra y el sudor se expulsa. Botas, sacos de dormir, tiendas, cazadoras, guantes, botines o calcetines son sólo algunos de los ejemplos de prendas que pueden incorporar este tejido. Su único defecto: el alto precio que debe pagar el usuario por hacerse con él. Aún así, merece la pena pagar un poco más si nuestra salud está en juego.




Cómo encerar tus esquís
El encerado de esquís es un proceso que debe hacerse con mucha frecuencia, ya que las suelas sufren mucho y se secan. Si vuestras tablas después de una jornada de esquí no tienen muchas rayas, las suelas están bien estructuradas y no habéis deteriorado mucho los cantos, el encerado lo podéis hacer vosotros mismos en vuestra casa. Merece la pena hacerlo por lo menos una vez, así os podéis hacer una idea de cuanto tiempo se tarda y cómo os los tienen que dejar en las tiendas. No obstante es muy difícil que los consigáis dejar igual que los expertos. Lo primero que debemos hacer antes de ponernos manos a la obra es limpiar la base del esquí. Para encerar los esquís se necesita: - Goma para sujetar los frenos. Esto es simplemente para que los frenos no nos molesten durante la reparación. - Unos gatos de sujeción. También puedes utilizar dos libros que debéis colocar con la distancia puntera-talonera de las fijaciones de tal forma que con el esquí boca abajo, éstas queden en el aire. - Rasqueta metálica. Con la rasqueta debemos eliminar todos los restos de la cera vieja. Hay que hacerlo siempre de espátula a cola. Hacer presión con los pulgares en el centro y tener especial cuidado de no tocar los cantos. - Una plancha que no sea de vapor, es decir que no tenga agujeros. Con la plancha derretiremos gotas de cera que iremos poniendo a lo largo de todo el esquí. Echa sólo lo justo para que puedas extenderla por toda la superficie en una fina película y después plancha el esquí a una temperatura baja y sin mantener la plancha en contacto directo con el esquí, ya que si no lo deformaremos. Hay que dejar secar la cera durante varias horas, si después ves que el esquí permanece "seco" ya que ha absorbido toda la cera deberás hacerlo otra vez. Es conveniente cuando esté ya terminado que le pases un estropajo hasta dejar completamente liso el esquí. La cera al igual que la rasqueta se puede comprar en cualquier establecimiento deportivo especializado.