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CAFÉS
LITERARIOS
El
Ateneo (Madrid)
L´Alban Chambon (Bruselas)
Nostromo (Barcelona)
Café de París (Roma)
Café Pombo (Madrid)
Café Frauenhuber (Viena)
La Nena (Barcelona)
Brasileira (Lisboa)
Café Gijón (Madrid)
El Automático (Bogotá)
Café La Giralda (Buenos Aires)
El Café Madrid
El Nuevo Café Levante (Madrid)
Maxim's (París)
Café Al Fishawi (El Cairo)
Caffé Greco (Roma)
Cincómonos (Barcelona)
Café Slavia (Praga)
Café de Flore (París)
Caffé Florian (Venecia)
Pera Palas (Estambul)
Babington's Tea Room (Roma)
Café de la Paix (París)
Lardhy (Madrid)
El
Ateneo (Madrid)
Este lugar
afincado en las cercanías del Museo del Prado
y el Museo Thyssen ( en el pasado tuvo varias ubicaciones
) nació hacia 1835 de la mano de Ángel
de Saavedra , Salustiano Olózaga, Mesonero Romanos,
Alcalá Galiano, Juan Miguel de los Ríos,
Francisco Fabra y Francisco López Olavarrieta
. Las tertulias llevaban un tono liberal sin restricciones
, además se daban exposiciones, conferencias
y cursos. Su biblioteca era una de las más importantes
y más grandes a nivel nacional, aumentando con
lentitud hasta convertirse en su más preciado
tesoro y en la actualidad sigue siendo una de las más
significativas del país. Su peor época
llegó con el desastroso advenimiento del Régimen
franquista, el cual fue el mayor golpe al ambiente intelectual
imperante en la capital. El Ateneo tuvo eminencias literarias
en sus conferencias en las que destacaron Ortega y Gasset
y Ramón Gómez de la Serna, además
sus presidentes fueron destacados hombres; el primero
fue D. Ángel Saavedra ( 1835-1837), los más
ilustres y conocidos fueron: Antonio Canovas del Castillo
( 1870-1874, 1882-1884, 1888-1892 ), Ramón Menéndez
Pidal ( 1819-1820 ), Gregorio Marañón
( 1930 ), Manuel Azaña ( 1930-1932 ), Ramón
Valle-Inclán ( 1932 ), Miguel de Unamuno (1933-1934),
Fernando de los Ríos ( 1934-1935 ), hasta llegar
al actual Presidente José Luis Abellán.
L´Alban
Chambon (Bruselas)
Ubicado
en el corazón de la capital belga, este hotel
es para muchos el más elegante de Europa, no
en vano más de cien años contemplan casi
intacta su regia estructura e incluso, su planta baja
ha sido declarada monumento histórico. Por este
café, enclavado en la enorme terraza del Metropole,
desde la que se disfruta una maravillosa vista, han
pasado destacadas figuras de la política -John
F. Kennedy-, la música -Arthur Rubinstein- y
la ciencia -Albert Einstein-. Está a 5 minutos
de la famosa Grand Place y de la calle comercial más
larga de la ciudad. El hotel cuenta con una oferta otoñal:
99 euros alojamiento y desayuno en habitación
doble.
Nostromo
(Barcelona)
Junto
a la plaza de la Catedral está Nostromo (Ripoll,
16, tel. 934 122 455), un bar-restaurante con menús
a 9 € al mediodía, y cenas con reserva por
la noche, que está abierto de 13.30 h hasta la
madrugada (domingos, cerrado; festivos no se sabe).
Ya en sus inicios, hace catorce años, y de manera
espontánea, empezaron las tertulias, las presentaciones
de libros y la lectura. El nombre está prestado
de una novela de Joseph Conrad, y su propietario, Cecilio
Pineda, que se confiesa el primer auto-cliente, ofrece
un surtido de libros donde dominan los temas marinos,
y el libro de poemas "Mar de amores", del
que es autor, y el único que está a la
venta. Grande en su sencillez, desde hace una década
el local convoca un premio literario dedicado a la navegación
y los océanos.
Café
de París (Roma)
Desde
finales de la década de los 50, Vía Veneto
se convierte en el centro del glamour de la cinematografía
europea. El Café de París es el centro
vital para todo aquel que quiera ser alguien dentro
de la industria. En 1960 Federico Fellini retrata ese
mundo en su película "La dolce vita",
rodada en el interior y terraza de ese local, con Marcello
Mastrodiani como protagonista. Actualmente el local
ha sido adquirido por una importante cadena hostelera
italiana, que ha transformado el establecimiento, perdiendo
por completo su identidad original.
Café
Pombo (Madrid)
Este
café fue un edén sagrado de la cultura
liberal y vanguardista de la época, liderado
por el genial periodista y escritor Ramón Gómez
de la Serna, el mago de las letras creador de maravillosas
greguerías y uno de los mayores exponentes del
periodismo. La conocida tertulia del Café Pombo
fue creada en 1912, estas tenían lugar el Sábado
noche donde los miembros del movimiento vanguardista,
tanto renombrados como nuevos se reunían para
charlar pero una excepción se cernía en
las conversaciones a petición de Gómez
de la Serna. La política estaba vetada. Aquel
mítico emplazamiento cultural ocupaba los sótanos
de la finca de la calle Carretas a espaldas de la Casa
de Correos, hoy sede del Gobierno Autónomo de
Madrid, en la Puerta del Sol. En aquel histórico
sitio se vieron pasar a la gente de la Generación
del 14.
Café
Frauenhuber (Viena)
El
primer café se abrió en Viena tras la
derrota de los turcos en el siglo XVII y se establece
tal y como los conocemos actualmente. El Café
Frauenhuber es el más antiguo de los numerosos
locales de este tipo que salpican la capital austríaca
y como en el resto de ellos, los camareros visten de
rigurosa etiqueta, una tradición que se remonta
a la época dorada de Viena. A diferencia de otros
establecimientos europeos, el café cumple diversas
funciones. Se puede desde leer la prensa, comer un bocadillo
o tentempie hasta jugar al bridge, ajedrez o billar.
El Café Frauenhuber es famoso porque en él
actuó Mozart. Por su ubicación, es un
lugar perfecto para hacer una parada mientras se va
de compras o se visita la espectacular catedral de San
Esteban (Stephansdom). Como todo Viena, los precios
son prohibitivos.
La
Nena (Barcelona)
Gràcia,
que se ha convertido en el barrio de la juventud de
Barcelona, necesitaba un espacio como La Nena (Ramón
i Cajal, 36, tel. 932 851 476), que es granja-chocolatería-salón
de té y, sobre todo, refugio de las mamás
con niño cuando el frío no permite jugar
en las plazas vecinas. La Nena tiene zonas diferentes
con tres estanterías diferentes: en una, a la
entrada, reposan los libros de gastronomía, con
especial dedicación al tema del chocolate; en
la segunda, literatura diversa, desde los versos de
García Lorca al Manhattan Transfer de Dos Passos,
y la tercera está totalmente dedicada a libros
infantiles. El local luce un gran cartel donde avisa
que ahí "no hay alcohol", pero ofrece
un amplio surtido de pastelitos y pica-picas, un montón
de juegos de mesa (Parchís, Damas, cartas, Juego
de la Oca y otros parecidos...) y un piano, siempre
a la espera de unas manos amigas. Tiene un salón
para celebraciones, vende productos naturales y biológicos,
y su horario, que va ampliando conforme el público
le va conociendo, es de lunes a jueves de 16 a 23 h,
y de viernes a domingos y festivos de 10 a 23 h.
Brasileira
(Lisboa)
Aún
se puede percibir en este pequeño local, situado
en uno de los barrios clásicos de la capital
lusa, el aroma de otros tiempos, en los que un hombre
menudo con gafas de concha y eterno sombrero, se inclinaba
sobre los folios que habrían de ser lo mejor
de la poesía europea del siglo XX. El recuerdo
de Fernando Pessoa se inmortalizó en una escultura
frente al establecimiento en la que el poeta portugués
está acompañado por su inseparable taza
de café.
Café
Gijón (Madrid)
Fundado
en 1888 por un asturiano llamado Gumersindo Gómez,
fue traspasado en 1916 a Benigno López con la
condición de que jamás cambiara de nombre.
No fue hasta pasada la Guerra Civil Española
cuando autores como Alfonso Paso, Buero Vallejo, Camilo
José Cela, Antonio Gala, Jardiel Porcela o Gerardo
Diego, fijen aquí sus tertulias y lo conviertan,
prácticamente, en el último superviviente
de los cafés literarios de una larga tradición
madrileña.
El
Automático (Bogotá)
Es
curioso que en uno de los países con mayor tradición
cafetalera, los establecimientos de cafés, que
en otro tiempo definían presidenciables y congresistas,
hoy estén en vías de extinción.
El Automático es uno de los más famosos
y emblemáticos de Bogotá y uno de los
que se resisten a desaparecer y ceder su espacio a los
modernos cibercafés. Contertulios habituales
de sus salones fueron Jorge Luis Borges y Fernando Botero.
Café
La Giralda (Buenos Aires)
La
avenida Corrientes y sus cafés forman parte de
la historia misma de Buenos Aires. Los más antiguos
datan de 1760, aunque su esplendor lo alcanzarían
en el siglo XX. Por Corrientes abundaron los cafés
con sabor a tango -por algo el rey Carlos Gardel afirmaba
que su patria era el tango y su capital esta calle bonaerense-,
que también sabe a política y a los -tan
argentinos- debates psicológicos. Allí
se refugió la bohemia porteña a contar
sus conquistas y a llorar sus engaños. Hoy día
son muy pocos los que conservan su antigua imagen y
entre este ramillete está La Giralda, que incluso
conserva sus lucecitas de neón. Es famoso por
su chocolate con churros y sus mesitas de mármol,
pero sobre todo por su ambiente nostágico y...
también porque algunos le confunden con su homónimo
uruguayo donde se estrenó el -para algunos- himno
de los tangos: La Cumparsita.
El
Café Madrid
El
Café Madrid ubicado en la Calle Alcalá
fue la cuna de la inolvidable Generación del
98 donde destacaban Azorín, Baroja, Unamuno (el
cual perdió una mano en una pelea de bar con
Manuel Bueno), Valle-Inclán, Maeztu y Rubén
Darío. "Noté en el Café de
Madrid que el tema favorito de las conversaciones era
literario. Alguna vez se habló de pintura y de
escultura, jamás de música ni de nada
científico. Me extrañó que no todos,
pero sí la mayoría de los principiantes
literarios, fueran incapaces de multiplicar un número
de dos cifras por otro de dos" .-Ricardo Baroja.
El
Nuevo Café Levante (Madrid)
Este
local tras el declive del Café de Madrid se convirtió
en el centro de reunión de tertulias más
importante de Madrid , al que acudían tanto consagrados
como noveles. Los miembros de la Generación del
98 fueron sus más asiduos visitantes y además
un joven malagueño se empezaba a dar a conocer
por esos lares bohemios, Pablo Picasso. "Había
tertulia que era un muestrario de tipos raros, que se
iban sucediendo: literatos, periodistas, aventureros,
policías, curas de regimiento, cómicos,
anarquistas; todo lo más barroco de Madrid pasaba
por ellas".-Pío Baroja. "El Café
de levante ha ejercido más influencia en la literatura
y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades
y academias".- Valle-Inclán.
Maxim's
(París)
Maxime
Gaillard, de profesión camarero, compra una
vieja heladería en el número 5 de la
Rue Royal de París. Reforma el local y lo abre
como restaurante el 23 de abril de 1893 con el nombre
de Maxim's. Al poco tiempo se coloca al frente de
la hostelería francesa. Presidentes, políticos,
pintores, escritores, músicos y artistas de
todos los rincones del mundo han disfrutado mantel
y tertulia en el restaurante más famoso del
mundo. En mayo de 1981 el modisto Pierre Cardin compra
el restaurante y comienza una época de expansión,
sin perder por ello su elegancia y glamour.
Café
Al Fishawi (El Cairo)
Enclavado
en pleno corazón del mercado más famoso
de El Cairo, Jar Jalili -y quizá con el Gran
Bazar de Estambul- el más conocido del mundo,
este café es el más antiguo en tierra
de faraones. Desde su fundación en 1773 es
regentado por la familia Al Fishawi, de los que toma
su nombre. Para acceder a él hay que atravesar
un estrecho, sinuoso, concurrido y colorido callejón
pero merece la pena asomarse a su interior y contemplar,
entre lugareños y turistas, este encantador
lugar cuyas paredes y enormes espejos están
algo estropeadas. Pasa y, sin prisas, siéntate
y disfruta de un té árabe -con menta-,
un café turco o anímate a probar la
tradicional narguila árabe -pipa de agua-.
No sirven comida pero puedes llevarla tu mismo. Abre
24 horas.
Caffé
Greco (Roma)
Un
emigrante griego inaugura el primer CAFE de Roma en
1760. Durante los siglos XVIII y XIX es el favorito
de los artistas extranjeros que viven y trabajan en
La Ciudad Eterna. Sus espejos fueron testigos de tertulias
con el famoso Búfalo Bill y discusiones literarias
protagonizadas por Keats o Goethe. En sus veladores
de mármol, músicos como Listz, Bizet
o Wagner compusieron algunas de sus más destacadas
obras.
Cincómonos
(Barcelona)
En
el Eixample, Consell de Cent, 283, encontramos Cincómonos,
curioso lugar donde sólo venden libros de editoriales
alternativas y objetos de regalo (también alternativos).
Es, además, escuela de teatro, sala de exposiciones
y cafetería, con un par de estanterías
donde se amontonan unas docenas de libros para leer,
café o copa en mano. También celebran
tertulias, conciertos y recitales de poesía.
Su horario es de 12 a 21 h, pero los jueves, viernes
y sábados, reabre a las 22 h para las actuaciones,
hasta medianoche. Ahí ha ofrecido recientemente
una tanda de actuaciones, cada jueves, durante dos
meses, el inclasificable Oriol Tramvia.
Café
Slavia (Praga)
Este
local, que data de 1863, es una leyenda entre los
cafés europeos y una institución en
la vida de Praga. Los cafés representan en
Praga la base de su vida social y un argumento recurrente
en la literatura de sus escritores (Rainer Maria Rilke,
Franz Kafka o Jaroslav Hasek). Muchos consideran que
los cafés praguenses fueron y aún hoy
se mantienen como verdaderas correas de intercambio
cultural. De ahí y quizás por ello,
muchos ofrecen gratuitamente todo tipo de periódicos
y revistas y no sólo checos. Además
de café, te sugerimos otra degustación:
tómate una pinta de la espléndida cerveza
checa acompañada de una copa de aguardiente,
su famoso strudel o una ración de pastel babovka
mientras disfrutas de unas maravillosas vistas al
río Moldava o al Teatro Nacional desde sus
enormes ventanales. Abre todos los días y sus
precios son asequibles.
Café
de Flore (París)
Situado
en el intelectual barrio de Saint Germain des Prés,
cuna del existencialismo, al atravesar su umbral se
puede percibir un perfume que mezcla la filosofía
y personalidad que se encargó de impregnar
Simonne de Beauvoir, eterna compañera de Jean-Paul
Sartre. Junto a lo que ellos llamaban su "familia"
se criaron entre risas, cigarrillos y café,
una de las corrientes filosóficas más
importantes de nuestro siglo.
Caffé
Florian (Venecia)
El
29 de diciembre de 1729 Floriano Francesconi abre
un local en la plaza de San Marcos. Su visión
de un mundo que avanza a gran velocidad le lleva a
crear un lugar donde gentes, cafés y opiniones
tengan un punto de referencia. Así nació
el primer CAFE de la historia. Por sus elegantes salones
que, a pesar de las numerosas inundaciones, aún
se conservan como el primer día, pasaron escritores
de la talla de Lord Byron, Marcel Proust o Charles
Dickens.
Pera
Palas (Estambul)
Durante
largas temporadas, la novelista británica Agatha
Christie se hospedó en el hotel más
lujoso de Turquía. Entre la habitación
410 y el elegante café del hotel escribió
una de sus más famosas historias "Asesinato
en el Orient Express".
Babington's
Tea Room (Roma)
Cada
mediodía desde 1893, el Babington's tiene sobre
sus mesas el servicio de té o de café
perfectamente preparado. Una taza turquesa con fondo
blanco, cucharilla de plata con un gato grabado y
una servilleta de papel roja en su interior son el
sello de este café. Fue fundado por dos damas
inglesas llamadas Anna Maria e Isabel Cargill Babington
con el objetivo de dar servicio a la numerosa colonia
de artistas británicos que vivían en
la ciudad italiana. Pronto se convirtió en
el centro de reunión de escritores como Keats
y Shelley o el pintor Sever.
Café
de la Paix (París)
El
café abrió sus puertas al mismo tiempo
que la Opera de París. Aún conserva
la decoración diseñada por el propio
Charles Garnier, arquitecto del edificio de la Opera.
Durante décadas fue el centro de reunión
de músicos, libretistas y directores de escena.
Compositores como Giuseppe Verdi crearon aquí,
al aroma de un café, sus más bellas
arias, al mismo tiempo que se marcaron las diferencias
entre la ópera alemana o la italiana sobre
sus mesas.
Lardhy
(Madrid)
La
historia del restaurante Lardhy es la historia de
España en los últimos años
desde que el francés Emilio Lardhy lo fundara
en 1839. Escritores como Azorín, Baroja, Gómez
de la Serna, Lorca, Machado, Benavente, Blasco Ibañez,...,
pintores, músicos y escultores como Sorolla,
Gayarre y Benlliure, han pasado largas horas sobre
sus mesas de caoba. Las mismas desde las que se anunció
la derrota en Cuba, vieron los consejos de ministros
que el general Primo de Rivera celebraba en las sobremesas
y donde Azaña decidió nombrar a Niceto
Alcalá Zamora presidente de la II República.
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