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LA
LECTURA
El
misterio de la lectura
El
misterio de la lectura
El siglo
XXI es un siglo profundamente escrito en el que parece
imposible pensar en seres analfabetos, para quienes
todos los caminos están vedados. Sin embargo,
a pesar de que la escolarización progresa, progresan
también los llamados analfabetos funcionales;
las personas capaces de desentrañar lo que la
lectura implica, pero que no pueden comprender su contenido.
El niño sabe leer cuando descifra el código
y es capaz de entender lo que él dice. ¿Qué
es leer? Leer es descifrar y comprender. Cuando leemos
obtenemos del texto dos clases de informaciones: Información
Visual, la que capta el ojo; Información No Visual,
la que dan los conocimientos sobre el texto, sobre el
autor, sobre el tema, sobre la situación. Cuanto
más sabemos acerca de algo, más fácil
resulta comprender lo escrito. La comprensión
se hará dificultosa, si desconocemos mucho y
peor, si tenemos informaciones equivocadas. Hay que
reconocer que la irrupción de los medios de comunicación
basados en la palabra y en la imagen ?la radio, la televisión?
significa un cambio profundo en la situación
de la lectura en el mundo entero. La lectura ha perdido
el privilegio de ser el medio preponderante y casi exclusivo
de información y de difusión cultural.
Pero, sin embargo, sigue siendo la única forma
de conocimiento de la que todos se enorgullecen. Es
así que si preguntamos a cualquier persona si
es importante leer, recibiremos siempre contestaciones
afirmativas, aun de aquellas que nunca han abierto un
libro. Todo el mundo tiene conciencia de que leer es
una actividad propia del mundo culto y a ese mundo se
quiere pertenecer. El ser capaz de comentar un libro,
un folleto, un artículo, produce, en general,
placer. Sin embargo, nadie hace alarde de cuántas
horas de televisión ve; al contrario, cuando
en círculos sociales se hace referencia a programas
de televisión, el comentario es que se dedica
muy poco tiempo a ella, lo que, en la mayoría
de los casos, no resulta cierto. La radio y la televisión
son también importantes fuentes de cultura. La
inmediatez de la noticia, la imagen, la voz, el movimiento,
cautivan al usuario y le abren también el mundo.
Pero, en cuanto al aprendizaje y fijación del
lenguaje escrito, la lectura conserva una función
importantísima. Cada material escrito que llega
a nuestras manos, por más malo que sea, tiene
algo de positivo y deja una enseñanza. Se aprende
una palabra nueva, se ubica algo en el mundo o, por
lo menos, se lo juzga, con lo que se establece una diferencia
entre lo bueno y lo malo. Por otra parte, las personas
que no leen tienen una visión mucho más
limitada del universo ya que solo podrán acceder
a lo que ven, a lo que oyen, pero no a ese campo ilimitado
que la lectura ofrece. Las que leen pueden recibir conocimientos,
vivencias, informaciones, elaborados por otras personas,
de zonas lejanas o cercanas, con las que, posiblemente,
nunca tendrán contacto. Hay diferentes corrientes
en cuanto a la muerte o a la supervivencia de la lectura:
por una parte, están quienes sostienen que la
imagen ha llegado a sustituir al libro y que un niño
no vacilará en elegir un programa de televisión
en lugar de leer. Para otros, sin embargo, tal vez la
lectura, con el formato que hoy tiene, deje de existir,
pero no desaparecerá. Los romanos pensaban que
sus papiros enrollados serían siempre así,
los libros los sustituyeron. Tal vez, Internet y la
computadora también tomen el lugar de estos,
pero no por ello la lectura desaparecerá. Ella
y la imagen se complementan, una sola no basta para
satisfacer las necesidades del hombre.
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